martes, 10 de abril de 2012

Historias Naturales del Valle de los Pedroches


Cuenta el "boca a boca" de esta tierra que en el Arroyo de Navaluenga había un molino harinero, donde su responsable vivía durante todo el año manteniendo y poniendo a punto cada elemento del mismo. Una vieja choza cerca del molino servía de cobijo a la familia molinera, que recogía los sacos de grano para obtener la harina necesaria para poder tener pan durante una semana o meses.

La tarde caía  y con las últimas luces llegó al molino el “pielero”, con su caballo y camino de Conquista. Al llegar, el maestro molinero lo saludó mientras este descabalgaba de su montura:

-Vengo de comprar las pieles de Torrecampo, pero un par de cepos del camino me retuvieron y creo que ya no alcanzo Conquista: ¿Podría pernoctar aquí?

Mientras el maestro molinero sujetaba la cancela, le comentó:

-No te preocupes, hay sitio para ti, pero…no tengo corrala para la bestia.

-Perfecto pues y por el caballo no se preocupe usted que yo lo “maneo” y de aquí no se mueve. Comentaba el “pielero” mientras descargaba todos los bártulos de la grupa del jamelgo.  

-¿Dejarlo fuera, sin corrala? Usted verá, pero mañana no tendrá montura en la que llegar a Conquista, los lobos habrán dado cuenta de él durante la noche.

A lo cual el “pielero” respondió:

-Ya lo veremos por la mañana.

La noche pasó y al amanecer salieron de la choza los dos hombres en busca del caballo.

Cual fue la sorpresa del molinero, cuando vio que junto a la bestia había tres lobos muertos.

Desde aquel instante a esta zona en la que se encuentra este viejo molino harinero en el Valle de Los Pedroches se le llama: “La quebrá del caballo”



Saludos, Ivan. 

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